Iniciativa de desarrollo comunitario participativo en las aldeas de Mabauane y Tlacula, distrito de Limpopo, Mozambique.

SOBERANÍA ALIMENTARIA
Área de Cooperación Internacional para el Desarrollo y los Derechos Humanos

La intervención, llevada a cabo en agrupación con la asociación Madre Coraje, tenía como objetivo mejorar la calidad de vida de las familias que viven en las aldeas Tlacula y Mabauane del puesto administrativo de Chicumbane, en la provincia de Gaza. Para ello se trabajó en cinco ámbitos comunitarios: productivo, educativo, agua y saneamiento, sociopolítico y género. El socio localfue la Asociación para el Desarrollo de las Comunidades Rurales (ADCR), entidad privada sin fines de lucro cuya misión es promover y facilitar un desarrollo rural participativo para la mejora de la vida de las comunidades rurales de Mozambique. El proyecto, ejecutado durante el período de enero 2016 a diciembre 2018, ha contado con financiamiento de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID), Ayuntamiento de Málaga y Diputación de Málaga.

En el ámbito productivo se fortalecieron de manera continuada las capacidades de cuatro asociaciones campesinas mediante la contratación de un técnico agropecuario que prestó asistencia técnica en el ámbito de la producción, capacitación de los promotores agrícolas y adquisición de insumos. Esta asistencia constante es lo más valorado por las asociaciones, un trabajo que intentan llevar a cabo los Gobiernos Distritales a través de la figura de la extensionista agraria de los Servicios Distritales de Actividades Económicas (SDAE), pero que cuenta con grandes limitaciones de personal y logística.

               

Se ha fomentado el modelo de producción agroecológica con la promoción del uso de biopesticidas y fertilizantes orgánicos, producción de semillas de cereales, tubérculos y hortalizas así como el uso de tecnologías sostenibles. También se han extendido métodos de procesamiento y conservación de los alimentos en silos mejorados. Se adquirieron cabezas de ganado bovino y arados para facilitar el trabajo en los campos de cultivo gracias a la tracción animal, lo que ha permitido incrementar las áreas de cultivo. También se entregó ganado para el fomento pecuario. La capacitación de los promotores pecuarios permite garantizar la asistencia veterinaria al ganado, no solo al adquirido con fondos del proyecto sino también el existente en las dos comunidades, disminuyendo las tasas de mortalidad por enfermedad. Todo ello ha permito incrementar notablemente los niveles de producción de las asociaciones, lo que repercute en una mejora de la dieta nutricional de las familias así como de los ingresos debido a la venta local del excedente gracias, entre otra cosas, a la disponibilidad de carretas para poder trasladar los productos a los mercados que existen.

En el ámbito educativo,la intervención se ha focalizado principalmente en mejorar las infraestructuras de las Escuelas Primarias Completas (EPC) de las dos aldeas. Para ello se contrató a un albañil, además de pagar al fiscal que garantizó que el trabajo que se llevase a cabo cumplía con la normativa establecida. En Mabauane se llevó a cabo la construcción de un pabellón con cuatro aulas, tres casas para el profesorado y cuatro letrinas. En Tlacula se construyó un bloque administrativoasí como una casa para el profesorado, gracias al material sobrante de las casas de Mabauane y el aporte de la comunidad. Las aulas construidas fueron equipadas con pupitres dobles, pizarras y mesas para el profesorado. Además, se construyeron tres más en cada escuela por parte del Gobierno Provincial, siendo equipadas con pupitres dobles por parte del proyecto.

               

Otra labor importante fue la revitalización de los consejos escolares de ambas escuelas, haciendo especial hincapié en la definición de las tareas que debe asumir así como la de cada una de las figuras que lo componen. Mensualmente estos consejos se reunían y evaluaban el funcionamiento de la escuela, a la par que daban seguimiento a las actividades que se iban implementando en el marco de la intervención. Por último, la instalación de un vivero en cada escuela permitió trabajar la componente ambiental con el alumnado, al mismo tiempo que se intentaba diversificar la dieta nutricional del mismo al plantar algunos árboles frutales.

La componente de agua, saneamiento e higiene comunitaria se sustentó en incrementar el acceso de la población a agua potable. Para ello se construyeron cuatro nuevos pozos con bomba manual, dos en cada aldea, de más de 30 metros de profundidad cada uno y que abastecen a más de 500 personas. Esto ha permitido reducir la distancia a recorrer por parte de la población a la mitad (500 metros) así como reducir los tiempos de espera de manera considerable. Para garantizar la sostenibilidad de dichos pozos se capacitaron cuatro comités, uno por cada pozo, encargados de gestionar el correcto funcionamiento del sistema. La cuota que cada familia paga para el uso del pozo es de 20 meticales por mes (menos de medio euro), un valor asumible que permite garantizar la compra de los repuestos necesarios en caso de avería de la bomba manual. También se conformaron comités de saneamiento del medio con la función de promover la conservación de las fuentes de agua disponibles y promover buenas prácticas higiénicos-sanitarias entre la población.

               

En cuanto al ámbito sociopolítico, se ha trabajado intensamente en capacitar sobre la legislación más relevante que existe en el país respecto al uso y tenencia de la tierra así como a la gestión de los recursos naturales, buscando mejorar la conciencia política del derecho al territorio. También se ha capacitado en el funcionamiento de los consejos consultivos, principal espacio de toma de decisiones a nivel comunitario, y se ha fortalecido la participación de personas de las aldeas en los mismos. Se ha llevado a cabo también un acompañamiento a las cuatro asociaciones durante su proceso de legalización.

               

En relación al género se trabajó en dos líneas de acción. Por un lado con grupos específicos de mujeres, promoviendo un intercambio de experiencias con otros grupos del distrito de Marracuene en provincia de Maputo, así como celebrando un encuentro entre las propias mujeres de las dos aldeas del proyecto para reflexionar acerca del papel que juegan en los espacios de toma de decisiones de sus comunidades, asociaciones y sus propias familias. Todo ello con el objetivo de fortalecer la sororidad, tejiendo redes de apoyo mutuo y reconociéndose en las demás compañeras. Por otro lado, también se llevaron a cabo actividades con el objetivo de sensibilizar a las propias comunidades sobre las desigualdades de género existentes y las situaciones de injusticia que se crean. Tomando como base la legislación vigente sobre la familia, se llevó a cabo una capacitación que recogía problemas reales que acontecían en las comunidades y sus posibles soluciones dentro del marco de la ley. La metodología utilizada fue muy exitosa y permitió, de manera natural, reflejar situaciones injustas que suceden cotidianamente y reflexionar acerca de las mismas, comenzando a generar un discurso que fluya en sentido contrario a lo establecido culturalmente.