Resultados del proyecto “Incrementada la resiliencia de las comunidades de Mabauane y Tlacula del distrito de Limpopo”

SOBERANÍA ALIMENTARIA
Área de Cooperación Internacional para el Desarrollo y los Derechos Humanos

La resiliencia de las comunidades se ha incrementado significativamente, al lograr aumentar la disponibilidad y acceso a alimentos gracias a la utilización de semillas locales (mejor adaptadas a las condiciones climáticas de la zona) y la producción de patata en la zona baja. La dieta ha mejorado, tanto en cantidad como en calidad, se han incrementado los ingresos familiares con la venta de los excedentes y se ha reducido el período en que experimentan dificultades para acceder a alimentos suficientes. Todo ello fortaleciendo el funcionamiento interno de las asociaciones campesinas, conformadas en su mayor parte por mujeres.

La revitalización de los comités de gestión de agua ha permitido garantizar la rehabilitación y mantenimiento de las fuentes de agua, esencial para llevar a cabo buenas prácticas de higiene y saneamiento. Por su parte, los comités de higiene y saneamiento y los núcleos de salud e higiene escolar han sensibilizado a la población sobre prácticas de saneamiento seguro, incidiendo especialmente en la utilización de letrinas para erradicar la práctica del fecalismo a cielo abierto.

Por otro lado, la situación de injusticia y desigualdad en que se encuentran las mujeres y niñas en la sociedad es ampliamente cuestionada, habiéndose tornado un problema público del que todo el mundo tiene conciencia y cuya erradicación se ha vuelto una prioridad.

En relación al primer resultado del proyecto, relativo a la promoción de una agricultura de bajos insumos adaptada al cambio climático en cuatro asociaciones y dos escuelas, el trabajo se llevó a cabo a través de la contratación de un técnico agropecuario que dio acompañamiento y asistencia técnica permanente en los campos de demonstración de resultados (CDR) y en los campos individuales de producción, fomentando un modelo de producción agroecológico y con miras en la soberanía alimentaria. En un primer momento el trabajo se centró más en la zona alta debido a las inundaciones de los campos situados en la zona baja, que se encontraban completamente anegados y había que esperar a que drenasen. En la zona alta también se han establecido campos de producción de piña y papaya que darán frutos en un futuro cercano; si bien es cierto que la tasa de pérdidas de las papayas es muy elevado (25%) debido a unos días de frío intenso que asoló las comunidades. Así mismo, se llevó a cabo la producción y multiplicación de semillas locales de maíz y frijol. La producción en la zona baja ha estado condicionada por las inundaciones de los campos, provocadas por las lluvias registradas entre los meses de diciembre y febrero con el paso de la tormenta tropical Filipo. Hasta el mes de junio no fue posible disponer de estas zonas, procediéndose a la siembra de patata. En total se ha conseguido una producción de más de 46 toneladas entre frutas, cereales, leguminosas, tubérculo y hortalizas. De esta cantidad se reservaron 470 kg de semillas para utilizar en la campaña agrícola 2024/2025, siendo 133 kg de variedad local.


En cada asociación se creó y capacitó un comité de gestión de bienes y medios de producción, con el objetivo de garantizar el acceso equitativo de mujeres y hombres a los medios de producción y velar por la buena utilización y conservación de los mismos. También se han revitalizado y capacitado comités de comercialización en cada una de ellas, que participaron en las diferentes ferias agrícolas organizadas por el proyecto en las comunidades y quienes tienen la tarea de velar por la comercialización de la producción a un precio justo. Además, se ha promovido la construcción de graneros mejorados entre los asociados para fortalecer la conservación de los productos agrícolas cosechados. Todo este trabajo acompañado por un proceso de capacitación en asociativismo, algo esencial para el buen funcionamiento de las asociaciones.

En las escuelas se establecieron huertos para la producción de hortalizas, aunque es cierto que hubo un retraso significativo en comenzar debido a la demora en el cercado de los mismos, actividad que estaba a cargo de la propia comunidad educativa. La producción total conseguida entre las dos escuelas ha sido de casi 6 toneladas de hortalizas variadas, habiéndose destinado una parte al consumo del alumnado y otra a la venta.

En el marco del segundo resultado, relativo a la mejora del acceso al saneamiento con enfoque de género en las dos comunidades, el trabajo se llevó a cabo a través de la técnica de agua y saneamiento en sede de ADCR, que hizo la revitalización y capacitación de los 15 comités de gestión de agua existentes en las comunidades, encargados de velar por la correcta utilización y mantenimiento de las fuentes de agua, y 2 comités de gestión de higiene y saneamiento. En cada escuela también hizo lo mismo con el núcleo de salud e higiene escolar, compuestos por estudiantes, profesorado y padres y madres. Estos grupos organizados se han encargado de sensibilizar a la población sobre buenas prácticas de higiene y saneamiento, siendo especialmente importantes para el control de un brote de conjuntivitis que surgió en todo el país a principios de año. En total han sido sensibilizadas 2.760 personas (1.576 mujeres y 1.184 hombres). Además, gracias al intenso trabajo sensibilización en el marco de la intervención, 56 letrinas fueron construidas por familias con sus propios medios.


En el marco del tercer resultado, enfocado en el combate a la violencia de género en las comunidades, el trabajo se llevó a cabo a través de la contratación de una técnica de género que hizo un trabajo intenso de sensibilización a la población, especialmente a los liderazgos locales, y dio acompañamiento constante a los grupos formados por el proyecto para esta labor. Fue realizada la revitalización y capacitación de los dos comités de protección a la mujer e infancia, encargados de sensibilizar a las comunidades sobre igualdad de género, así como dar seguimiento a casos de violación de los derechos de las mujeres y de la niña. Por su parte, en las dos escuelas fueron revitalizados los clubes de chicas, responsables de sensibilizar a la comunidad educativa sobre igualdad de género, violencia basada en género y salud sexual reproductiva. También se crearon en las dos escuelas grupos de teatro del oprimido, cuya labor es apoyar el proceso de sensibilización a través de una herramienta tan visual como el teatro, exponiendo casos reales de violaciones de los derechos de mujeres y niñas que posteriormente llevaban a un debate y reflexión con el público participante. En total han sido sensibilizadas 2.709 personas (1.548 mujeres y 1.161 hombres) en las numerosas charlas, encuentros, grupos de reflexión, campañas y visitas domiciliarias que se han realizado.

Financia:


Dip. Córdoba