Fortalecer y diversificar medios de vida sostenibles de cinco comunidades del distrito de Chicualacuala

SOBERANÍA ALIMENTARIA
Área de Cooperación Internacional para el Desarrollo y los Derechos Humanos

Descripción:

Se considera que las personas tienen medios de vida sustentables cuando son capaces de hacer frente a las situaciones adversas y superarlas, preservando sus recursos y capacidades sin que ello vaya en detrimento del entorno natural. Esto no ocurre así en las comunidades campesinas del distrito de Chicualacuala, donde la escasa capacidad económica de las familias para invertir en el fortalecimiento de sus principales medios de vida, así como el adverso contexto climático en el que se desarrollan, colocan a la población en una situación de alta vulnerabilidad y repercute en su seguridad alimentaria y nutricional (SAN). La vulnerabilidad de la población al cambio climático se define en torno a tres dimensiones: la exposición a la variabilidad y a los extremos climáticos, la sensibilidad de los sistemas sociales y la capacidad de adaptación de los grupos humanos. Esta última se entiende como la habilidad de los sistemas para ajustarse a las condiciones del entorno y aumentar su rango de tolerancia.

De este modo, la intervención se dirige a establecer unos medios de vida resilientes en cinco comunidades rurales, incidiendo en una agricultura adaptada al cambio climático y el fomento pecuario en las comunidades, al mismo tiempo que se asegura un acceso a agua, saneamiento y otros recursos naturales por parte de la población y se combate la violencia de género, generadora de injusticias y desigualdades contra las mujeres. El objetivo de esta estrategia de trabajo es mejorar la situación de inseguridad alimentaria y nutricional de las familias, contribuyendo en última instancia a reducir los niveles de desnutrición crónica. La desnutrición crónica, baja estatura en relación a la edad, es el principal problema de nutrición en Mozambique y es causada por la combinación de una ingesta nutricional inapropiada, que se prolonga en el tiempo, y la incidencia continuada de enfermedades infecciosas. La seguridad alimentaria, junto con el cuidado de las madres y niños y el acceso a servicios de salud, agua y saneamiento adecuados, forman parte de las causas subyacentes de la desnutrición crónica.

El colectivo meta con el que se va a trabajar está conformado principalmente por mujeres de cinco asociaciones agrícolas y grupos de cría de ganado bovino. El criterio fundamental para seleccionarlas ha sido la existencia de grupos organizados, a través de los cuales se articulen dinámicas en las comunidades que consigan provocar transformaciones de una manera más rápida y estable en el contexto. Además, en este tipo de asociaciones suele haber una gran presencia de mujeres viudas y mayores, consideradas un grupo vulnerable, muchas de ellas cabeza de familia. También se trabajará con la población en general el acceso a agua, saneamiento y gestión sostenible de los recursos naturales, así como el combate a la violencia de género. Todo ello a través de construcción de infraestructuras básicas (pozos, cisternas de capacitación de agua de lluvia y letrinas) y la creación y capacitación de diferentes comités comunitarios. Dichos grupos tendrán presencia de personas influyentes y generadoras de opinión en las comunidades, con el objetivo de que los mensajes lleguen de manera más eficaz al resto de la población.

El proyecto, que tiene una duración inicial de 24 meses y cuenta con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) por valor de 500.693€, es implementado por la Asociación para el Desarrollo de las Comunidades Rurales (ADCR).

Financia: