Se considera que las personas tienen medios de vida sustentables cuando son capaces de hacer frente a las situaciones adversas y superarlas, preservando sus recursos y capacidades sin que ello vaya en detrimento del entorno natural. Esto no ocurre así en las comunidades campesinas del distrito de Massingir, donde la escasa capacidad económica de las familias para invertir en el fortalecimiento de sus principales medios de vida, así como el adverso contexto climático en el que se desarrollan, colocan a la población en una situación de alta vulnerabilidad y repercute en su seguridad alimentaria y nutricional (SAN).
La intervención se dirige a establecer unos medios de vida resilientes en la comunidad de Cunze, incidiendo en una agricultura adaptada al cambio climático. El objetivo de esta estrategia de trabajo es mejorar la situación SAN de las familias, contribuyendo en última instancia a reducir los niveles de desnutrición crónica, principal problema de nutrición en Mozambique. La SAN, junto con el cuidado de las madres y niños y el acceso a servicios de salud y saneamiento adecuados, forman parte de las causas subyacentes de la desnutrición crónica.
El colectivo meta con el que se va a trabajar está conformado principalmente por mujeres de dos asociaciones agrícolas de la comunidad de Cunze. El criterio fundamental para seleccionarlas ha sido la existencia de grupos organizados, a través de los cuales se articulen dinámicas en las comunidades que consigan provocar transformaciones de una manera más rápida y estable en el contexto. Además, en este tipo de asociaciones suele haber una gran presencia de mujeres viudas y mayores, consideradas un grupo vulnerable, muchas de ellas cabeza de familia.
Este proyecto está financiado por la Diputación de Málaga y ejecutado por el socio local Asociación Comunitaria para la Salud y el Desarrollo (ACOSADE).


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