Córdoba, 5 de mayo de 2025. En el marco del proyecto Enlazando la Participación Infantil, impulsado por CIC Batá, las niñas y niños del Colegio Ferroviario han compartido sus ideas para construir una ciudad más habitable, segura y pensada también para la infancia.
Las propuestas, surgidas en el taller del curso 2024-2025, evidencian una preocupación real por el bienestar común, el derecho al juego y la necesidad de una ciudad más accesible y sostenible. Algunas de sus principales demandas han sido colocar suelo blando en el parque infantil de Colón para evitar lesiones y fomentar un juego más seguro y aumentar el número de columpios que existen, ya que actualmente “hay que esperar mucho rato para poder usarlos”. También, reclaman la instalación de servicios públicos cerca de los parques y zonas infantiles, para facilitar su uso por parte de todas las familias y ampliar las zonas peatonales en el casco antiguo, permitiendo caminar con tranquilidad y seguridad.
Otra idea asociada a esta última ha sido la de ajustar la duración de los semáforos para que las personas que caminan más despacio, como personas mayores o familias con cochecitos, puedan cruzar sin prisa ni peligro. Además, solicitan proteger los monumentos de la contaminación y aumentar la presencia de árboles que den sombra en las calles, especialmente en los meses más calurosos.
En el ámbito escolar, la infancia expresó con claridad sus preferencias: “Es mejor estudiar una planta de verdad que dibujada en un papel”, reclamando una educación más viva, conectada con la experiencia directa y el entorno natural.
Finalmente, uno de los mensajes más contundentes de los niños y niñas ha sido una llamada a la justicia social: que bajen los alquileres o se construyan más casas, para que nadie se quede en la calle y todo el mundo tenga un hogar. Una propuesta que va más allá de lo local, y que refleja la sensibilidad y compromiso social de la infancia cuando se les escucha.
El proceso ha estado acompañado por formaciones con las familias sobre participación infantil y educación emocional, que han ayudado a fortalecer vínculos y crear espacios de diálogo intergeneracional.
La experiencia del AMAPA Ferroviario demuestra, un año más, que los niños y niñas no solo tienen derecho a opinar, sino también una gran capacidad para proponer soluciones valientes y realistas a los problemas de su entorno.