"Debemos defender el ideal de una sociedad abierta y diversa"

Corren tiempos complicados de desinformación y bulos. La fuerte llegada de partidos políticos de ultraderecha está siendo un conductor perfecto para discursos de odio, sobre todo, centrados en estereotipos raciales y culturales. Su lenguaje directo, sin filtros morales, básico y tocando temas elementales para el ciudadano medio: empleo, delincuencia, sanidad, imposición cultural... llegan sin filtro a demasiada población que tiene tendencia a buscar culpables de sus males fuera de su entorno. Es más fácil mirar abajo que arriba. Menos complicado tener un enemigo débil que poderoso.
En estos momentos tan complejos, es nuestro deber defender con todos nuestros recursos el ideal de una sociedad abierta, diversa e intercultural. Para ello, debemos tener herramientas creativas, simples y que sepan rebatir de forma directa esos bulos interesados.
En mi  propia experiencia en trabajo con Centros Educativos, he tenido que elaborar material y tirar de recursos adecuados para cada nivel. Con los más pequeños trabajamos simplemente la convivencia sin importar color de piel, cultura o país de origen. Es simplemente exponer lo bonito de una sociedad abierta a la pluralidad donde todos respetemos a cada cual y podamos convivir sin prejuicios ni rechazos adquiridos. Lo suelen entender porque, los y las más peques, llevan de serie esa falta de visión racista o intolerante por cuestiones culturales. Es algo que les irá llegando, por desgracia, con los años.
El trabajo más elaborado se da con el alumnado de más edad y sobre todo en los IES. Ahí ya encuentras expresiones instauradas llenas de tópicos. El eco, en muchas ocasiones, de sus mayores cargados de prejuicios e intolerancia. Aquí, no nos pongan ya el pin parental, no se trata de lavar la cabeza a esos chicos y chicas, se trata de exponer realidades y una visión diferente, y que ellos y ellas saquen sus conclusiones. Es importante verlos como adultos ya que empiezan a cocer sus ideas propias entre ese centrifugado mental complicado que es la adolescencia. No vamos a adoctrinar a nadie, vamos a rebatir y exponer ideas.
Normalmente lo más efectivo es el método: tu prejuicio – la realidad. Hacer preguntas donde sabemos que se cuelan los principales bulos, esperar sus respuestas y exponer seguidamente y de forma muy gráfica datos reales. Esto les impacta. Luego trabajar con los prejuicios propios. Por ejemplo, en Lepe es muy fácil hablarles de la visión del lepero en el resto de España. Pero puede usarse igualmente con el andaluz o el español visto desde fuera. Suele ofenderles mucho y hacerles reflexionar el enfrentarse a sus propios estereotipos. Les da qué pensar.
Son herramientas eficaces mucho contenido creado en redes por programas como Diversa, 0/0 Rumores, Stop Rumores, Desactiva.... Encuentras vídeos y gráficas donde se lucha contra todas esas farsas y prejuicios.
Existen muchas otras opciones para trabajar en talleres desde el uso del arte y nuestra propia historia, a la mezcla cultural que existe en todo aquello que consumimos. Es especialmente eficaz el enfrentarlos a personas de otras culturas con experiencias migratorias, y si es con diferentes perfiles, mejor. En muchos casos, será la primera vez que hablen de tú a tú con personas de otra raza o etnia, aún conviviendo día a día con ellos. Esa apertura al diálogo abre mucho la mente. Les permite preguntar sus dudas acudiendo a la fuente sin duda​ más fiable, esos individuos que convierten en una masa informe cargada de prejuicios. Conocer de primera mano sus costumbres, el porqué de tal símbolo o creencia, cómo viven o cómo arriesgaron su vida para venir huyendo de diferentes conflictos sociales y económicos.
Repetimos, no se trata de adoctrinar ni imponer ideas. Se trata de enfrentar información, mostrar datos REALES ante los manipulados y exponer la importancia de la convivencia respetando e integrando como elemento enriquecedor la diversidad.
El conocimiento nos hace libres.

Manuel Zamorano.
Técnico de Mediación Intercultural en el Ámbito Educativo.
Fundación Cepaim.

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