Con la ley en la mano para combatir la violencia de género en Mozambique

En Mozambique persisten una serie de prácticas socioculturales que atentan contra los derechos de las mujeres y niñas. En el sur del país persisten sobre todo los matrimonios prematuros, que encuentran sus orígenes en la desvalorización de la mujer como sujeto de derechos, siendo perpetuado por la pobreza y la exclusión social, ya que los progenitores a menudo se enfrentan a la perspectiva de tener que entregar a sus hijas a cambio de dinero para alimentar a la familia. El matrimonio prematuro está también en el origen de problemas de salud sexual y reproductiva, debido al embarazo precoz y dificultad para negociar sexo seguro. El 48% de las mujeres se encuentran casadas antes de los 18 años y el 14,3% antes de los 15. Las niñas que se quedan embarazadas (12% antes de los 15 y 55% antes de los 18) corren más riesgo de mortalidad materna y de fístula obstétrica. Además, sus hijos corren más riesgo de morir en el primer año de edad y de sufrir desnutrición. A nivel social no tienen el poder de negociar las relaciones sexuales y el embarazo, siendo normalmente casadas con hombres mayores y quedando más vulnerables a las infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH. Como consecuencia, tienden a abandonar la escuela, son más vulnerables al trabajo infantil, completamente dependientes económicamente del marido y corren riesgos de abusos y de violencia doméstica.

En los días 10 y 11 de noviembre de 2022 se llevaron a cabo una serie de charlas en las comunidades de Mabauane y Tlacula para divulgar las principales leyes existentes en Mozambique para prevenir la violencia de género: Ley de Prevención y Combate a las Uniones Prematuras y la Ley de la Familia. Fueron impartidas por personal del Servicio Distrital de Salud, Mujer y Acción Social (SDSMAS) y contaron con una participación total de 183 personas (115 mujeres y 68 hombres) de las dos comunidades; además de representantes de otros servicios distritales y del jefe de la localidad. Estas charlas estuvieron apoyadas por la presencia de las niñas y niños que conforman los “clubes da rapariga” quienes, junto con los comités comunitarios de género existentes, reforzaron los mensajes transmitidos a las personas asistentes.

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