La dura vida en el campo de las mujeres migrantes

Fátima Ezzohayry es una marroquí de 42 años que lleva 22 en Huelva. Trabaja en el campo, en el cultivo de la fresa, pero además colabora con la Asociación de Mujeres Inmigrantes en Acción (AMIA), donde ayuda a otras mujeres migrantes a encontrar trabajo y las asesora en temas de extranjería. 

Como Fátima, la mayoría de mujeres migrantes que llegan a nuestro país acaban realizando duras labores en el campo, una realidad desconocida para la otra mayoría, la de las y los españoles. Para derribar esa barrera que nos separa, CIC Batá en colaboración con AMIA organizó un encuentro entre Fátima y el alumnado del Ciclo Formativo del IES Pablo Neruda durante el taller #00rumores Por la Diversidad Cultural, financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID). 

Este proyecto, pretende aportar nuevas competencias comunicativas a las organizaciones y colectivos como sujetos activos del derecho a la información y a la comunicación a través de un proceso formativo, que desemboca en una campaña de comunicación colectiva y colaborativa a través de narrativas sobre las causas de las migraciones, aportando otras miradas y relatos y promoviendo la convivencia social.

 

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